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Cap 4: El general Kira, japón 470 d.C

- Ueno, no hagas ninguna locura te lo ruego. - Deberías haberlo pensado antes de meterme en esto, ahora tendrás que confiar en mí. Asi que cállate y escóndete donde puedas ver el futon.  Sin darle tiempo a replicas salió por la puerta y el silencio venció la respiración de Hanzo y el general. La tensión era tal que por un momento Hanzo había olvidado respirar y expulsó el poco aire que estaba reteniendo en un profundo suspiro.  - Mi señor…  - Cuando era joven mi familia me envió a Tokyo para cultivar mi mente y perfeccionar el arte de la política junto con los mejores del país. Teníamos un relativo que vivía a las afueras cerca de aqui y con él me hospedé. En las clases comencé a frecuentar la élite o más bien los hijos de la élite de Tokyo y todo lo que conlleva. Dinero, fama, mujeres, vicios….lo tenían todo al alcance de sus manos, tratar de encajar en ese entorno no era fácil ya que yo no compartía esos intereses pero mi familia me había advertido de la importancia de caerle bien a

Cap 3: El general Kira, japón 470 d.C

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Art by: Asher Ben Alpay Vale, dadme un momento que aún tenemos clientes en el patíbulo y os verán. Esperad en la esquina y os avisaré. Bien, muchas gracias Ueno…Te lo explicaré todo luego. Tras unos segundos en silencio, que parecieron eternos, la mujer sacudió los hombros y dió media vuelta. Se apresuraron a esconderse tras la esquina entre la poca maleza que había. Un cuarto de hora más tarde Ueno asomó por la puerta y les hizo señas para que la siguieran, pasaron por el patíbulo y vieron unas mesas siendo recogidas por tres mozas. Los clientes fueron llevados al siguiente nivel, os llevaré hasta una habitación alejada del ala oeste. Señor ¿Dónde estamos, qué es este lugar? Éste es el famoso Haikongan, un prostíbulo en el que la élite viene a regocijarse de su estatus. Dejad de hablar y seguirme, no quiero levantar sospechas. Tras subir las escaleras y recorrer los pasillos poco transitados, rapidamente comprendieron a qué se refería Ueno con siguiente nivel. L

Cap 2. El general Kira, japón 470 d.C

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Art by: Federico Belhanghiri   Por mucho que lo intentara no conseguía pegar ojo, las palabras de Ajinomoto resonaban en su cabeza como el eco que viaja por las montañas. Ahora debía tomar una decisión, ¿Qué hacer con la información que le habían dado? El día amaneció, el cielo despojado de su túnica blanca lucía un azul cristalino y la luna seguía impetuosa en lo alto. La brisa otoñal sacudía la túnica del general que justo había salido de su tienda para desperezarse, la noche había sido complicada y le llenaba de tormentos. Sin embargo la luz del nuevo día parecía rejuvenecerle, eso y que por fin había tomado una decisión que calmase su corazón. ¡ Hanzo! Mi fiel amigo, ven, tengo unos asuntos que comentar contigo. Decidme mi señor ¿Que naturaleza tienen esos asuntos? Son de vida o muerte, ya he decidido qué hacer con la información que nos dió Ajinomoto antes de morir. Escucha atentamente pues el tiempo apremia. Éste es mi plan…. Tras varias horas en su tienda salieron

Cap 1: El general Kira, japón 470 d.C

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  art by: Daniel Mindy Hacía tiempo ya que el sol se había erguido en el cielo, el horizonte se volvía a teñir de ocre dando paso a la oscuridad de la noche. Los shinobis estaban todos ya en sus posiciones, escondidos por los recovecos del templo en el que se escondía el general del clan Ajinomoto. Llevaban 20 lunas luchando contra su ejército, pero hoy todo llegaría a su fin. Para bien o para mal, la guerra acabaría en esta incursión. Uno de los shinobis se acercó al general Kira y le susurró al oído: Mi general, hemos detectado que Ajinomoto se esconde en el ala sur del templo. Los hombres están listos para actuar a su señal. Buen trabajo, hoy por fin podré cobrar mi venganza y le robaré el último soplo al malnacido que asesinó a mi mujer y mi hijo. [Sonido de tensar arco y dispara] Uno de los arqueros le preparó una flecha ígnea y se la colocó en el arco del general, éste lo tensó y apuntó al cielo…Tras 3 segundos y un suspiro, soltó la cuerda y la flecha atravesó la noch